Uno de los peores terremotos en la historia de Afganistán sacudió el domingo 31 de agosto las provincias orientales de Kunar y Nangarhar, con una magnitud de 6 y una profundidad superficial de 10 kilómetros. Más de 2200 personas murieron y al menos 3600 resultaron heridas , mientras más de 5400 viviendas quedaron destruidas, según datos oficiales .

Pero además de la devastación material, comenzaron a multiplicarse los testimonios de que mujeres y niñas no están recibiendo asistencia médica ni de rescate , debido a las restricciones impuestas por el régimen talibán y a la ausencia de trabajadoras humanitarias en la zona.

Los primeros equipos de emergencia llegaron a la aldea de Bibi Aysha, en la provincia de Kunar, 36 horas después del sismo. Pero la joven de 19 años aseguró que, en

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