Victoria Wright fue diagnosticada con querubismo a los 4 años, una rara mutación genética que deforma los huesos del rostro y que amenazaba con dejarla ciega si no era intervenida. La cirugía logró salvarle la vista, pero no la libró del estigma social: en la escuela fue objeto de burlas, mientras adultos desconocidos la agredían verbalmente por su apariencia.Lejos de esconderse, Victoria convirtió esa experiencia en motor de lucha. Rechazó cirugías estéticas, estudió Derecho y fundó el sitio Not Just a Funny Face, desde donde defiende los derechos de personas con condiciones visibles. Su activismo se centra en la visibilización de enfermedades raras y la dignidad de quienes viven con ellas.

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