El nombre de Giorgio Armani se convirtió en sinónimo de elegancia, modernidad y atemporalidad. A lo largo de cinco décadas, el diseñador italiano no solo vistió a personalidades importantes del cine y líderes empresariales, sino que también transformó la manera en que el mundo entendía la moda, construyendo un imperio que trascendió la ropa para abarcar cultura, estilo de vida y visión empresarial.

El recorrido comenzó en 1975, cuando Armani y su socio Sergio Galeotti decidieron vender su Volkswagen por $10,000 para fundar su propia marca. La apuesta dio frutos inmediatos: la primera colección masculina introdujo una chaqueta sin forro y pantalones de corte relajado que rompían con la rigidez de la sastrería clásica. Era el inicio de un estilo que sería reconocible de inmediato: sobrio, u

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