Graciliano Medina tiene el virus de la alegría, una infección benigna que contagia a todo el que cruza la puerta de la peluquería que regenta desde hace 45 años en el barrio de Sansofé, en la Ciudad Alta de Las Palmas de Gran Canaria.

Medina González es una leyenda en el barrio: «Eso dice la gente; creo que quitando la farmacia soy el negocio más antiguo que hay en estas calles», explica. Se instaló allí en 1980, cuando decidió establecerse por su cuenta después de una vida con tijeras en las manos.

Y es que el de la peluquería y la barbería es el único lenguaje que conoce. «Vengo de una familia en la que casi todos nos dedicamos a lo mismo. Provengo del barrio de Casablanca, en Firgas. Mi padre era barbero y tenía su negocio en Buen Lugar. Cuando tenía 15 años empecé con él a trabajar a

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