México es el destino final de miles de migrantes que no tienen otra opción ahora que Estados Unidos blindó sus fronteras. Sin embargo, la burocracia mexicana se convierte en un cuello de botella al suspender la entrega de tarjetas humanitarias y prolongar los procesos para pedir refugio.

Al llegar por la mañana a la oficina de Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) a las orillas de la Ciudad de México, es altamente probable encontrarse con una fila de personas que llegaron la noche anterior para asegurarse que los van a recibir.

Todos están pegados al muro. Quienes son haitianos se agrupan en un sitio porque “alguien” les dijo en la fila que los van a atender con un traductor, así que se forman aparte. En otra línea, se agrupan madres con niñas y niños, familias con papá, mamá e

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