La industria láctea atraviesa uno de los momentos más tensos de los últimos años. El derrumbe de una de las cooperativas más emblemáticas del país golpea de lleno a miles de familias trabajadoras y vuelve a poner en debate el futuro del sector.
La falta de pago de haberes, la ausencia de aportes y el estancamiento de las gestiones para conseguir inversores terminaron por detonar el malestar de los empleados.
El conflicto escaló esta semana con la realización de una asamblea extraordinaria de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA). En ese encuentro, los afiliados resolvieron dar un paso drástico: acudir a la Justicia para solicitar la quiebra de la firma . El objetivo, remarcaron, no es clausurar definitivamente la producción, sino r