La última ofensiva de Washington contra el chavismo siembra la incertidumbre en la región, con la guerra contra las drogas como telón de fondo
Ojos marrones, pelo negro, 1,90 metros de estatura. El rostro de Nicolás Maduro aparece en primer plano debajo de ocho grandes cifras rojas. Es la suma de dinero que las autoridades de Estados Unidos están dispuestas a pagar por información que permita su captura: 50 millones de dólares (casi 43 millones de euros). En el póster de recompensa, publicado a principios de agosto, no hay, sin embargo, una sola línea sobre su trayectoria política. No es señalado como dictador ni como el arquitecto del fraude en las elecciones presidenciales en Venezuela del año pasado, dos reclamos recurrentes en el repertorio de Washington. Maduro es buscado por ser —