“Quisiera no decir adiós, pero debo marcharme. No llores, por favor, no llores, porque vas a matarme. No pienses que voy a dejarte, no es mi despedida. Una pausa en nuestra vida. Un silencio entre tú y yo.”, cantaba Gilda en No es mi despedida , el último tema que se le escuchó entonar antes del trágico accidente del 7 de septiembre de 1996 que le costó la vida .
¿Si se trataba de una canción premonitoria? La artista la había compuesto junto a su tecladista, productor y por entonces pareja, Juan Carlos Toti Giménez, pero todavía no la había editado. Fue incluida en su álbum póstumo, llamado Entre el cielo y la tierra , gracias a que su voz había quedado grabada en un cassette que ella llevaba consigo el día de su muerte y pudo ser restaurada. Obviamente, en aquel momento, la publi