Otra vez un gol sobre la bocina en Riazor, cuando el encuentro ya estaba casi precintado, arruinó a un Sporting de Gijón jabato ... y ordenado hasta el minuto 88. Un equipo que se le hizo bola al Deportivo, avinagrado hasta el solitario tanto de Barcia, nacido de una falta lateral. Ocurrió que fue perdiendo fuelle y piernas con los cambios, abriéndose en canal el choque, pero aún así vendió cara la derrota. La primera de la temporada, con decimales y flacidez en la defensa del gol. Quedó poso de orgullo por el comportamiento del equipo, que terminó con Yáñez echado al monte y buscando rematar dos saques de esquina. Quedó otro regusto de injusticia por el indulto arbitral a Yeremay, que no fue expulsado por una dura entrada que dejó en fuera de juego y lesionado a Nacho. Y también, cla

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