Los voraces incendios de agosto en España no solo arrasaron 336.345 hectáreas , sino también la poca esperanza que quedaba en que la política española diera algún síntoma de haber recuperado la cordura. Queda claro que Gobierno y oposición se han abonado a una estrategia de tierra quemada en la que todo asunto es objeto de confrontación partidista por más víctimas personales o materiales que este produzca. Una guerra sin cuartel ni posibilidad de tregua que durará, al menos, hasta que las elecciones dicten vencedores y vencidos. Como siempre, el único termómetro que tenemos para comprobar quién va ganando en este barrizal son las encuestas, que durante este nuevo curso empezarán a dar pistas más fiables.
Sondeos en cuarentena
En la primera mitad de la legislatura, los sondeos han