El crecimiento urbanístico en zonas inundables y la concentración de población exponen a la metrópolis catalana a un riesgo sistémico sin precedentes, a pesar de las mejoras en infraestructuras. La tragedia vivida en Valencia en 2024 recuerda que la combinación de cambio climático, planificación deficiente y falta de cultura preventiva y de la emergencia puede tener consecuencias devastadoras en todo el arco mediterráneo.

El 29 de octubre de 2024, una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) alimentada por un mar Mediterráneo inusualmente cálido provocó tormentas estáticas sobre Valencia y Cuenca. Las descargas de agua arrasaron zonas inundables donde se habían levantado viviendas e infraestructuras sin una planificación urbanística sensata, evidenciando una falta de cultura de la precau

See Full Page