Durante los próximos días, millones de estudiantes y sus familias afrontan la vuelta al cole , pero el arranque de curso no significa lo mismo en infantil que en bachillerato. Cada etapa supone un salto que algunos niños esperan con ganas y otros con cierta angustia. "Se ajustan a los cambios evolutivos , pero nuestro desarrollo no es un reloj, cada uno va a su ritmo y no siempre tiene la madurez que requieren los cursos", explica la psicopedagoga y doctora en Ciencias de la Educación por la Universidad Complutense de Madrid Coral González. A su rendimiento, añade, afectan también las circunstancias familiares, sociales y económicas que cargan la mochila con la que cada alumno vuelve a clase. Aunque no hay dos casos iguales, los profesionales de la educación detectan algunos cursos

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