Al caer la tarde sobre Ushuaia , muchos viajeros miran hacia el sur con un mismo deseo: cruzar la frontera invisible que separa el continente americano del frío reino antártico. Pero ese límite no es solo una línea en el mapa . Es el Pasaje de Drake , un corredor marino conocido tanto por su belleza indómita como por el temor que inspira en marineros de todo el mundo.
Surcar sus aguas implica adentrarse en un territorio donde la naturaleza se muestra sin filtros: vientos que aúllan sin descanso, olas como montañas y una sensación de vulnerabilidad que pone a prueba hasta a los navegantes más experimentados . Sin embargo, más allá del desafío, este paso oceánico sostiene secretos capaces de influir en el destino de nuestra atmósfera y los ecosistemas antárticos.
El paso más p