Para muchos, el primer contacto con los pueblos de colonización se ha reducido durante años a la visión de grupos de construcciones blancas e iguales en los márgenes de algunas carreteras. El nombre de esos lugares, a menudo apellidados "del Caudillo" o " de Franco ", no dejaba lugar a dudas en el imaginario de un país que vivió una guerra y después una dictadura caracterizada por el protagonismo de su creador.
"Nosotros buscábamos la arquitectura y nos encontramos con la gente". Esta frase, de la fotógrafa y arquitecta Ana Amado , nos sumerge en la realidad de esos lugares y nos obliga a repensar la historia de las gentes que los poblaron, y de las que hoy se empieza a hablar de otra manera.
La historia podría comenzar con una pareja de jóvenes arquitectos curiosos, que deciden