Explica un gran experto, como Luis Prieto, en estas mismas páginas cómo ha sido un error abandonar los viejos caleros que encontramos en muchos rincones de la provincia de León; habitualmente abandonados y en el mejor de los casos utilizados con fines turísticos, como es el caso del calero de Felmín, muy cerca del lugar donde se desarrollaba el curso en el que se reivindicaba el uso de la cal artesanal, frente a la cal industrial, de menos calidad. Pero en otros muchos puntos cercanos también existieron otros caleros; verticales como los citados e incluso otros más antiguos (en pozo). Señala Ángel Fierro en un panel sobre el calero de Felmín que «dado que todos los materiales necesarios para el funcionamiento de los caleros son abundantes en la comarca de los Argüellos, hubo muchos aún vis
Desperdicio, olvido y patrimonio

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