La búsqueda de la armonía para el ser humano implica mediar la relación consigo mismo y con lo externo. En este propósito, los hábitos y estilos de vida saludables juegan un papel importante: el alimento, la movilidad y actividad física, el descanso, una vida sexual sana forman parte fundamental de este concepto, pues reflejan las actitudes, valores y comportamientos de las personas (Ramírez y Agredo, 2012). En este sentido, es fundamental generar transformaciones individuales, así como apuestas colectivas y estatales en función de una promoción de la salud mental que aporte en la generación de nuevas concepciones en las personas, desde el autocuidado y el cuidado del otro.

Hablar de vida saludable no solamente hace referencia a la salud o el bienestar físico o corporal, sino también al b

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