El Gobierno de Estados Unidos instaló en la frontera con México más alambrada de navajas en lo alto del muro fronterizo entre ambos países, lo que hace a este tramo de la línea divisoria entre ambos países un lugar más hostil.
A ello se agregó la colocación de tanquetas militares, pintar de negro el muro para elevar la temperatura de las barras de metal y hacer más difícil su escalada, y la construcción de un segundo muro en el área de Jerónimo-Santa Teresa, Nuevo México, medidas que activistas y organizaciones religiosas califican de “inhumanas”.
Estos trabajos, que se fortalecieron tras la visita de la secretaria de Seguridad de Estados Unidos, Kristi Noem , han despertado preocupación entre albergues de migrantes en Ciudad Juárez y representantes de la Iglesia católica y evangéli