Cuando cocinamos, es muy común acumular restos de cebolla como cáscaras o puntas, y lo primero que solemos hacer es tirarlos a la basura. Sin embargo, estos desechos tienen múltiples usos prácticos tanto en la cocina como en el jardín, y aprovecharlos no solo ayuda a reducir el desperdicio, sino que también brinda soluciones naturales y económicas para el hogar.
Las abuelas ya lo sabían: nada se desperdicia y todo puede tener una segunda vida. Las cáscaras de cebolla , por ejemplo, están cargadas de nutrientes y compuestos beneficiosos. En la cocina, podés utilizarlas para intensificar el sabor de caldos, sopas o guisos, dándoles más cuerpo y profundidad sin necesidad de sumar condimentos artificiales.
También sirven como un colorante natural para arroz, pastas caseras o incluso huev