En la nueva economía del “lujo invisible”, el objeto de deseo ya no cuelga del brazo: se funde con la piel. En lugar de grandes transformaciones, la aspiración es que “no se note”. Un lifting sin cicatrices , un brillo que parezca un sueño reparador. En esa liga juega la recién bautizada “cirugía líquida”: faciales de cuatro cifras que prometen un efecto bótox sin agujas ni rigidez.
Una nueva tendencia. Tras la reaparición rejuvenecida de Lindsay Lohan, un reportero de The Times acudió al spa más exclusivo de Beverly Hills para probar el “MBR Best and Ultimate Liquid Surgery”, un protocolo de 90 minutos a 995 dólares. La sesión incluye limpieza, tonificación, mascarillas de ácido hialurónico y, sobre todo, la aplicación de un sérum estrella: 1.784 libras el frasco de 50 ml, vendido com