Dentro de un tiempo, la pista más de tenis más grande del mundo, la Arthur Ashe, tendrá 2.000 butacas más. En el Alcaraz-Sinner las habrían llenado de sobra. Solo con la lista de invitados de lujo casi completaban una tribuna. De Spike Lee a Ben Stiller. De Sting a Bruce Springsteen pasando por Rosalía. De Stephen Curry a Sergio García. De Jimmy Connors o Stefan Edberg a la gran Martina Navratilova. Hasta Pep Guardiola. Claro, y el presidente Donald Trump, cuya presencia obligó a retrasar el inicio de la final más de media hora porque el público debía pasar medidas de seguridad extra. Un tiempo más en capilla para el murciano y el italiano pero nada descentró al español, estrella entre las estrellas, duende entre tanto personaje del celuloide, la música, el deporte o la política.
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