La vuelta al cole ya no es lo que era. Hoy los niños regresan con mochilas ergonómicas, tabletas digitales, botellitas de acero inoxidable para el agua y zapatillas con cámaras de aire. En la puerta del colegio, los padres se despiden como si fueran a embarcarlos en un vuelo transoceánico: fotos, abrazos, stories en Instagram….
Los boomers , en cambio, empezábamos el curso con una cartera de cuero duro, más rígida que nuestras propias espaldas, que olía a zapato recién comprado y que duraba años, a menudo heredada de hermanos mayores. Dentro, un plumier con una goma Milan Nata que algunos olíamos a todas horas y un sacapuntas que se atascaba con la primera viruta. El mayor lujo era un boli Bic de cuatro colores que, con suerte, en un mes aún dejaba escribir con tres.
La vuelta al cole