Es la crónica de una muerte anunciada, salvo milagro de última hora. Un milagro por el que nadie apostaría un café en Francia. El gobierno de François Bayrou caerá esta tarde tras una moción de confianza a la que ha decidido someterse el primer ministro francés y ante la que toda la oposición, tanto el bloque de izquierdas como la ultraderecha, ya ha adelantado que va a votar en contra. Un suicidio político programado ante la falta de apoyos para sacar adelante sus presupuestos de 2026 que incluyen fuertes recortes por valor de 44.000 millones de euros para enderezar la disparada deuda que alcanza los 3,3 billones de euros con un déficit de 5,4% del PIB, lejos del 3% que marca Bruselas.

Los contactos que Bayrou ha mantenido durante los últimos días con las diferentes formaciones políticas

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