POR ARTURO PRADO LIMA. Pablo Emilio Obando A. Tengo la certeza que mi amigo Arturo Prado Lima , periodista – escritor – poeta – historiador, escribió su texto MEMORIAS DE UNA SILLA VACIA en Macondo. Tomó prestada la pluma o la vieja maquina de escribir de Gabriel García Márquez merced a la intervención del coronel Aureliano Buendía , que recordaría muchos años después su fusilamiento y posterior resurrección. Eran otros días, de aldeas y gitanos, de hielo y alquimia en que el hombre deambulaba por montes y selvas en busca de pueblos cruzados por trenes y estirpes. No me queda duda, Arturo Prado Lima se transmuta en un onirico Melquiades para contarnos desde Móstoles sus sueños, delirios y quimeras que jamás lo abandonaron y, por el contrario, lo habitan en un batallar constan

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