A tan solo un año y nueve meses de su desembarco en la Casa Rosada, Javier Milei sufrió su más dura derrota en las elecciones locales de la provincia de Buenos Aires, a manos del peronismo-K al cual pretendía destronar para siempre de la política argentina.
En una elección que el propio Presidente se encargó de nacionalizar, el electorado bonaerense mayoritario le dio la espalda. La retórica de Milei de dejar atrás “el infierno kirchnerista” y “poner el último clavo al ataúd del kirchnerismo” no tuvo eco. Al contrario, la derrota fue aplastante, por más de 13 puntos en toda la Provincia.
El peronismo-K ganó en 6 de las 8 Secciones Electorale s en que se dividió el comicio. Lejos del sueño mileísta de pintar “de violeta” la Provincia -lejos también de los augurios de los encuestadores