Es un secreto a voces que el entusiasmo de Donald Trump por la capital de su país es perfectamente descriptible, por lo que su decisión de enviar tropas a Washington, Distrito de Columbia (DC), con el supuesto objetivo de reducir una criminalidad que ya estaba claramente a la baja tiene todos los signos de constituir un ajuste de cuentas en toda regla.

No es desde luego la primera vez que la capital federal acoge imperativamente a las fuerzas armadas, siendo probablemente la más llamativa la represión de los graves disturbios ocasionados a raíz del asesinato en Memphis del premio Nobel de la Paz, Martin Luther King, en abril de 1968. Las protestas se saldaron en la capital con 12 víctimas mortales y propiciaron la movilización de casi 12.000 soldados y 1.750 efectivos de la Guardia Nacion

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