Nos encontramos en un momento crucial, donde el pulso de la historia nos invita no solo a recordar, sino a invocar un espíritu que, aunque ancestral, anhela renacer con la fuerza de un vendaval primaveral: el espíritu de Occidente. Nuestra cultura, historia y progreso, nuestra civilización, la llamada Occidental, es el resultado de una historia de siglos forjada con el ingenio, la pasión y el sacrificio de incontables generaciones.
Desde las costas bañadas por el Mediterráneo hasta las vastas llanuras del Este, hemos construido un legado cultural inigualable. Pensemos en la riqueza de nuestras artes, desde las imponentes catedrales hasta las vibrantes vanguardias del siglo XX; en la profundidad de nuestra literatura, que ha explorado las complejidades del alma humana a lo largo de los mil