Está por llegar el segundo informe de la gobernadora Delfina Gómez y, con él, ese momento en el que los gobiernos estatales hacen un alto para revisar la libreta de aciertos y errores. No es casualidad que después de septiembre, cuando las comparecencias han pasado, el eco de los informes se apaga y la tinta de los discursos ya se secó, empiecen a moverse las piezas del gabinete. En política, los tiempos importan tanto como las decisiones.
El primer año de Delfina Gómez estuvo marcado por la expectativa: la primera mujer en gobernar el Estado de México, con la fuerza simbólica de representar la llamada Cuarta Transformación en la entidad más poblada del país.
Hubo anuncios que generaron esperanza, como los programas sociales que buscan llegar directo a las familias más necesitadas o la e