Si bien el objetivo principal de la última reforma laboral es promover la estabilidad y reducir de forma drástica la temporalidad en el empleo, los contratos de corta duración, los que no llegan a un mes, han aumentado un 2,6% en lo que va de año hasta superar la barrera de los tres millones y suponer un tercio de todos los firmados. Y ello, a pesar de la penalización que pesa sobre estos, que implica un recargo en las cuotas a la Seguridad Social.
Así lo reflejan los últimos datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), según los cuales, entre enero y julio se firmaron en España nueve millones de contratos, un 0,89% más que en los siete primeros meses de 2024, de los que 5,27 millones fueron temporales, lo que supone una subida del 3% en comparación con el mismo período del ejerci