La detención del vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna, acusado de pertenecer a una banda de huachicoleros fiscales, no solo es una muestra de la penetración de la delincuencia organizada en las instituciones de seguridad sino de la porosidad de las aduanas.
Si bien el caso del marino es emblemático, por ser el funcionario, hasta ahora, de más alto rango detenido por una acusación de delincuencia organizada, en el aire queda la necesidad de hacer una profunda depuración del personal que trabaja en las aduanas.
Hace unos meses, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), documentó que el director de Investigación Aduanera, Alex Tonatiuh Márquez Hernández, quien presume su colección de relojes de alta gama, adquirió a un militar en retiro un departamento en Polanco.
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