Por Rodrigo Genoni (*)

Las elecciones en la provincia de Buenos Aires dejaron un resultado contundente : el oficialismo de Javier Milei sufrió una derrota de casi catorce puntos frente a la oposición . No se trata de un dato más en el calendario electoral: hablamos del principal bastión político del país, donde el Gobierno apostaba a consolidar poder y terminó mostrando su mayor debilidad.

Este desenlace tiene implicancias que trascienden lo político y golpean directamente en lo económico. Los grandes inversores que venían sosteniendo la bicicleta financiera, con tasas altísimas en pesos y la promesa de un dólar contenido artificialmente, ven ahora que el gobierno ya no garantiza estabilidad ni continuidad.

La lógica es simple: al perder confianza en el futuro político de Milei,

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