El circuito de Monza, antaño, era de esos que llamaban 'matacoches'. Las características del legendario trazado italiano obligaban a forzar al límite los motores, tanto ... en cuanto las dos largas rectas, especialmente la principal, exprimían las unidades de potencia al límite. Hablamos de hace varias décadas, cuando la electrificación en el automovilismo y en la automoción era poco más que un frívolo capricho de una pequeña élite. Entonces, lo habitual o al menos lo razonablemente previsible es que se produjera un abandono en el GP de Italia porque el motor decía basta.
El inesperado problema mecánico en el coche no debería haber sido tan sorpresivo. Los pianos del circuito de Monza hace años que se elevaron precisamente para servir de barrera, al menos psicológica, a los pilotos q