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El canje de prisioneros entre Estados Unidos y Venezuela, junto con la renovación de la licencia de Chevron, parecía marcar el inicio de un periodo de calma en las relaciones bilaterales. Sin embargo, el gobierno Trump no tardó en retomar medidas más firmes frente a la dictadura de Maduro.

El jueves 7 de agosto, la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, informó que la recompensa por información que conduzca al arresto de Nicolás Maduro se duplicaría, pasando de 25 a 50 millones de dólares, además lo señaló como “uno de los mayores narcotraficantes del mundo”. Pocos días después, se anunció un despliegue militar en el Caribe, cuyo objetivo, según Washington, es combatir el tráfico de drogas en la

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