Gerona Cuando se mira en el espejo, el Girona hace una mueca. Reconoce pocos adjetivos a los que todo el mundo hacía referencia hace poco, cuando fue amado con un consenso absoluto. El juego fluía, los fichajes encajaban, nadie tenía expectativas exageradas. Y rasgó la lógica. Ahora, todo esto se le ha vuelto en contra. La plantilla se desmontó y, a diferencia de cuando los recursos eran escasos, le cuesta construir con los bolsillos llenos. En consecuencia, sufre. "Ya no somos el Girona de hace dos años, ese sueño ya ha pasado", recordaba Míchel, que intenta dar los pies en el suelo ante el regreso a la realidad.

El mejor Girona de la historia ha perdido a siete titulares en dos veranos: en los laterales, ya no están Yan Couto ni Miguel Gutiérrez; tampoco Eric Garcia en el central; ni A

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