El mínimo para poder comprarse una vivienda en nuestro país es de 50.000 euros . Por eso, los jóvenes cada vez lo tienen más difícil para independizarse y apenas pueden acceder a una casa sin los 175.000 euros que cuestan de media.
Los precios tan elevados nos dejan con situaciones de personas que se ven obligadas a vivir con sus padres a una elevada edad. Es el caso de Sonia, una mujer que vive separada de su marido porque no puede comprarse una casa.
"Es muy duro ", advierte entre lágrimas, " mis hijos echan de menos a su padr e y a mí se me parte el alma".
Sonia confiesa que duerme en un sof á en casa de sus padres y que apenas tiene para que sus hijos puedan vivir con su padre: "Lo llevo regular". ¿Logrará salir adelante y volver a reunir a su familia?