Dicen que el tiempo todo lo cura, incluso lo que más duele. De eso, de paciencia, sabe el zaragocismo más que nadie. De hecho, lleva trece años seguidos con el trasero abrasado en un infierno del que, al parecer, tampoco tendrá fácil escapar esta vez. Tiempo. El mismo que reclama Gabi Fernández, entrenador del Real Zaragoza , para comprobar el funcionamiento de un plan sustentado aún sobre más incertidumbres que certezas. «Necesitamos algo de tiempo para engranar las piezas que han llegado a última hora. Sé que en el fútbol no hay tiempo, pero nosotros lo necesitamos» , dijo tras el empate contra el Valladolid.
El ruego del madrileño tiene sentido si se tiene en cuenta que la plantilla se abrochó hace una semana con la llegada de cuatro fichajes sobre la bocina. Dos de ellos, por cier