México y Veracruz no necesitan sólo una transformación sino una verdadera renovación de la estructura interior y exterior de cada ciudadano para acabar con las condiciones estructurales de pobreza y marginación en la que viven millones de mexicanos y veracruzanos.
Esto lo manifestó la Arquidiócesis de Xalapa que consideró que el primer paso que debe dar todo ciudadano, autoridad y gobierno consiste en reconocer que se tiene la misma dignidad y una vocación común.
En el comunicado dominical advierte que crear élites de poder, castas y nuevos grupos privilegiados refleja que todo proyecto, venga de quien venga, es pura ideología y discurso vacío.
En el documento se destaca que cada ciudadano debe buscar una nueva forma de vivir que no se reduzca únicamente a pensar y vivir para uno mismo,