La estrategia de Donald Trump para mudar las plantas automotrices a Estados Unidos ya está dando resultados. El gravamen del 25 por ciento a las exportaciones mexicanas cayó como balde de agua fría. Por ejemplo, la planta de KIA en Pesquería, Nuevo León, dejó de enviar el SUV Tucson porque no cumple con la integración del Tratado de Libre Comercio T-MEC y fue redirigido a Canadá. Esta medida es una buena opción temporal, pero no una solución de largo plazo. Lo mismo sucede con la planta de Mazda en Salamanca, que debe pagar un arancel superior al aplicado a Japón, de 15 por ciento.
En comentarios anteriores señalamos que fue un error del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, al asegurar que México tenía un trato preferencial, en términos de aranceles, sobre el resto de los países, como