Desde pequeño, Christopher Mark parecía estar destinado a dejar huella en el mundo. Criado en el seno de una familia distinguida, el joven Chris heredó no solo una mente privilegiada, sino también un espíritu inquebrantable. Su padre, un genio con memoria fotográfica, lo inspiró en su camino.
Chris, en su niñez ya planeaba diferentes empresas en su memoria para luego concretarlas. Logró construir diferentes proyectos en sus inicios como por ejemplo: una imprenta, a la vez fundía y pintaba soldados de juguete. Desde temprana edad dirigía una empresa de jardinería y pintura, y era distribuidor de televisores, estéreos y hasta cigarrillos, mientras administraba una granja que abastecía de carne a hospitales. “ Vendía mis figuritas en resorts de lujo y, me iba ganando la vida recuerda con un