Chicago— En comunidades de inmigrantes desde Massachusetts hasta California, familias enteras se preparan para lo inevitable: redadas masivas que podrían separar a padres de hijos ciudadanos estadounidenses, interrumpir décadas de vida construida en este país y desmantelar el tejido social de barrios enteros, publicó The Washington Post.
Tom Homan, el zar fronterizo del presidente Donald Trump, no dejó lugar a dudas el domingo: “Pueden esperar acción en ciudades santuario en todo el país”, dijo a CNN, refiriéndose a municipios que han adoptado políticas para proteger a residentes indocumentados.
La advertencia de Homan llega mientras Chicago —hogar de más de 200,000 inmigrantes indocumentados según estimaciones— se convierte en el laboratorio de pruebas para la estrategia de deportación