El banquete era mortal de necesidad. El plato principal –filete Wellington con champiñones– escondía en realidad Amanita phalloides , la seta más letal y venenosa del bosque. Una especie que en España provoca la mayoría de muertes por ingesta de hongos.
La práctica totalidad de esos envenamientos son por accidente; nada que ver con esta historia que acaba de costarle a una mujer australiana una pena a cadena perpetua. Con esos solomillos aderezados con esa temida seta –esa especie también crece en Australia– mató de una sola sentada en la mesa a sus exsuegros y a una tía de su exmarido, que también estaba invitado pero no acudió a la cita.
Se inventó un cáncer para asegurar que los padres y tíos de su exmarido aceptaran la invitación a comer
La sentencia se conoció ayer. Erin Patterso