El Ministerio de Exteriores de Rusia convocó en las últimas horas al embajador argentino en Moscú, Enrique Ignacio Ferrer Vieyra, para reclamarle explicaciones por las graves acusaciones de una presunta implicación rusa en el escándalo de escuchas que ha sacudido al Gobierno argentino en los últimos días.

Esta reacción diplomática se produce en un contexto de máxima sensibilidad política para la administración de Javier Milei y en la previa de las elecciones bonaerenses.

La medida del Kremlin llega después de que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, denunció públicamente la existencia de “campañas de información, desinformación e influencia contra el Estado argentino”.

En sus declaraciones, Bullrich mencionó a ciudadanos rusos y los vinculó directamente con los audios filtrados

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