La práctica de la inmersión en hielo ha dejado de ser una tendencia pasajera para convertirse en una poderosa herramienta de bienestar integral. Inspirada en el método Wim Hof —una técnica desarrollada por el atleta holandés del mismo nombre, que combina exposición al frío, respiración consciente y enfoque mental— esta disciplina ha ganado reconocimiento mundial por sus beneficios comprobados en la reducción del estrés, el fortalecimiento del sistema inmune y el incremento de la resiliencia personal.

El contacto controlado con el hielo no solo despierta al cuerpo, sino que activa procesos internos que nos llevan a reconectar con nuestra capacidad innata de adaptación. Quienes la practican reportan una sensación de claridad mental, mayor energía durante el día y una renovada fortaleza emoc

See Full Page