El Gobierno y el PSOE llevan desde el pasado lunes preparándose para asumir un nuevo varapalo en el Congreso con el rechazo a la reducción de la jornada laboral hasta las 37,5 horas semanales. Se trata de una de las leyes estrella del Ejecutivo y frente a la que Junts sumará sus votos a PP y Vox para frenar el primer paso de su tramitación con una enmienda a la totalidad. La posición confirmada por los posconvergentes visibiliza las dificultades del Gobierno para sacar adelante una agenda de reformas progresistas. Pedro Sánchez reconoció antes del cierre del curso político que el Congreso no contaba con una mayoría de izquierdas ni de derechas, pero que el único partido capaz de articular acuerdos era el PSOE.
Ante el hecho de que el portazo de Junts vuelve a poner en duda esta capacidad