Hace poco, un niño de seis años entró al consultorio con una sonrisa desbordante y comenzó a cantar: "Tung tung tung sahur, tralalero tralalá" . No lo hizo por pedir atención . Lo hizo como quien comparte un tesoro: algo que todos en su mundo ya conocen, algo que forma parte de su lengua secreta , de su identidad digital.

Le pregunté de qué se trataba. "Es de TikTok", me dijo. "Todos lo cantan". No era una canción. No era un juego. No era un cuento. Era, simplemente, una sucesión de sílabas sin sentido , generada por inteligencia artificial, acompañada de imágenes caóticas y personajes grotescos.

Un fenómeno viral conocido como Italian Brainrot . Y, como Skibidi Toilet antes que él (2023), se ha convertido en el himno no oficial de una generación.

Pero detrás de esa inocente

See Full Page