La reciente propuesta del Marco Financiero Plurianual (MFP) de la Comisión Europea representa un torpedo directo al corazón del campo europeo. Lo que debería ser una herramienta para reforzar la cohesión, la sostenibilidad y la soberanía alimentaria, se ha convertido en un documento radical, cínico y desconectado de la realidad rural; redactado por una élite que legisla desde despachos con vistas a Bruselas, pero no al mundo real.
El 70% del territorio europeo es rural y la PAC es su política troncal. Nació para complementar la renta de agricultores y ganaderos, garantizar la producción de alimentos y mantener el medio rural con vida. Esta política troncal, que canalizaba en los años 80 un 70% del presupuesto total de la UE, ha quedado herida de muerte en la propuesta de la Comisón Von de