Una compleja operación internacional, que involucró a autoridades argentinas, españolas y peruanas, culminó con el descubrimiento de 510 kilos de cocaína escondidos dentro de un torno industrial de cuatro toneladas, exportado desde Argentina a España.

La droga fue descubierta en 444 paquetes y estaba estratégicamente cubierta con grasa para eludir la detección de perros especializados. La maniobra implicó una empresa argentina “fantasma” creada para la ocasión y el uso de “prestanombres”, dejando abierta la pregunta sobre la verdadera identidad del cerebro detrás de este multimillonario negocio.

La operación y el descubrimiento

La investigación se inició tras sospechas en territorio argentino, lo que llevó a las autoridades –incluyendo la Superintendencia de Investigaciones contra el Na

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