HASTA LA BANDERA. Todo lleno. No cabía un alfiler. Salió el sol para todos. Teatro, toros y conciertos sin entradas. Y sin reventa. Las fiestas grandes cierran el verano con un balance de éxito y público satisfactorio. Todo lo gratuito, lo que se disfruta en la calle a la intemperie, también rebosante de ciudadanía. Con ese presupuesto ya se puede, dicen los “toca huevos” de siempre. Pues se pudo y el beneficio se repartió entre los comediantes, los operarios municipales y mucho monitor y monitora de tiempo libre. Y juegos a tutiplén, en latín totus plenus que quiere decir "todo lleno" para niños y niñas. Perdón por el latinajo. Reminiscencias del seminario y del Florilegio del padre Penagos, al que conocí. Al grano. Fin de fiesta con resaca. Semanas de vino y rosas. Noches de luna y guita

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