Escuchar a Judith Torrea (1973) en una charla en Civican fue un soplo de aire fresco. Vive en la frontera entre México y Estados Unidos , la ciudad más peligrosa del mundo y donde la vida no vale nada. Es la única periodista extranjera en Ciudad Juárez, la mayor ruta de personas, armas y drogas; independiente, y mujer en una ciudad donde los feminicidios están a la orden del día. Ha estado amenazada de muerte por sus trabajos de investigación sobre el narcotráfico y las bandas criminales, pero ella no habla de miedo sino de “misión”.
Se autoprotege, no sale a tomar un café . Nadie sabe donde vive. Es célebre su cuenta en Instagram con conexiones en directo en las que se conectan personas en el camino, otras que buscan a sus familiares desaparecidos o que alertan de secuestros.
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