Los alcañizanos, fieles a la tradición, volvieron a venerar a la Virgen de los Pueyos como cada 9 de septiembre en una emotiva y multitudinaria romería y ofrenda que terminó con un reparador almuerzo peñero en los alrededores del templo.
La jornada arrancó a las 8 de la mañana con el reparto de agua y pastas en la plaza de España como avituallamiento hacia la ermita de Pueyos, cuya romería partió media hora más tarde y se completó hacia las 9:30, cuando la comitiva oficial llegó a la explanada del santuario. Como siempre, abrió el desfile la corporación municipal, seguida de las Damas de Alcañiz, asociaciones y la comparsa de gigantes y cabezudos.
Uno a uno, cada grupo oferente dejó en manos de la quinta del 79 la responsabilidad de depositar el ramo que portaban a los pies de la figura