El Ejército de Nepal se desplegó en todo el país para intentar contener una espiral de violencia, saqueos y destrucción que ha sumido a la nación en el caos, con un toque de queda nacional extendido hasta el jueves y un sistema penitenciario colapsado tras la fuga de más de 2,000 presos.

Las fuerzas armadas, que tomaron el control de la seguridad desde la noche del martes, patrullan las calles con altavoces pidiendo a la población que no se una a las protestas. En un comunicado, el Ejército admitió que, a pesar de su despliegue, los “actos de saqueo, incendios y pérdidas de vidas” han continuado en varias partes del país.

Hasta el momento, 27 personas fueron arrestadas por “actividades destructivas”. Las autoridades informaron del aseguramiento de un arsenal de más de 30 armas en

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